*“Si, ¿Qué hemos hecho en beneficio de esta
patria encantadora, cuyos hijos están obligados á amarla por sus excelentes
condiciones de madre, por su orgullosa historia y hasta por los héroes que
guarda como reliquia, para prueba ó enseñanza de patriotismo, en sus entrañas?
¿Qué hemos hecho?... Olvidar nuestro deber,
llamarnos lo que no somos, decir lo que no sentimos, y, cobardemente, jactarnos
de amar á quien no amamos.
¿Será posible que la coacción, el atraso, el
maquiavelismo de seres exóticos, sostengan por más tiempo la venda que cubre
los ojos del pueblo, canario?
¿Será posible que en el siglo XX, ni las
grandes revoluciones, ni la historia, ni el ejemplo, despierten á los hijos de
este africano Archipiélago?
¿Cómo es que seguimos olvidados del veredicto
universal, teniendo á orgullo, no obstante, el mar que nos circunda, olvidar á
nuestra cuna para llamarnos hijos de otro ambiente y afirmar que fuimos mecidos
en cunas que no hemos visto?
¿Cuál ha sido el proceder de los hijos de los
conquistadores que en la misma época que á esta bella tierra, sometieron á
otros pueblos?
Aunque lo pasamos por alto, lodos lo sabemos.
La lógica en boca de Pí y Margall, lo ha dicho: "No se adquiere la
propiedad de los pueblos conquistados, ni aun con la prescripción de los
siglos."
¡Hermosa vitalidad de la Justicia! Al través de
los tiempos pasa indestructible el derecho, de los pueblos conquistados y es
del seno del pueblo conquistador de donde surge el grito que ha de reivindicar
á la raza anonadada.
Hoy, que pueblos como Cataluña, Vascongadas,
etc., se levantan decididos y amparados en la época, la ciencia y el progreso,
reclamando su autonomía legal y lógica, no obstante ser provincias que forman
una porción del territorio
español, ¿qué haremos los canarios, bañados por diferente mar, con diferentes
costumbres, de ligada raza, por no decir diferente, y siendo este Archipiélago
no solo conquistado, ni ser porción, sino posesión española?
Si esto hablamos, si á la autonomía de Canarias
aspiramos, no se nos eche la culpa; culpad á la Historia y al Progreso; culpad
á las infalibles leyes de Natura.
Tenemos la intima convicción que todo canario,
dentro y fuera de la patria, siente en este sentido, cuando menos, como
sentimos nosotros.
De nuestro tardío despertar, del atraso en que
los Gobiernos han tenido sumidos á los hijos de esta tierra, como efecto
consiguiente, el caciquismo más vergonzoso se levantó, cual hidra de cien
cabezas, para devorar conciencias, envenenar espíritus, aherrojar hombres
libres y expatriar dignos canarios.
En Cataluña, únicas, podemos afirmarlo,
provincias que honran por su industria,
por sus conocimientos, por la facilidad de asimilación para los ideales
modernos que á ellas llegaban importados de otros países, se despertó una lucha
económico-social, que no obstante el rigor de los tíranos, sembró la semilla en
toda la nación.
¿Cuál fue el proceder del Gobierno central para
con ellas? En lugar de ponerse á la altura de la época para estudiar las causas
de semejante filosófica propaganda, como han hecho Alemania, Inglaterra,
Estados Unidos, Francia, etc., no teniendo en cuenta á los responsables, si
responsables son hombres, ó, mejor lumbreras como Elíseo Reclus, Zola, Ibsen,
Tolsloi, Marx Nordau, Yons Mors, Juan Grave, Bacounine, Kropopklin y tantos
otros, quienes han llevado al cerebro de los pueblos tan oportunas ideas, el
Gobierno central, repetimos, cometió el inquisitorial, el monstruoso hecho de
Monjuich cuyos detalles nos espeluznan y no queremos relatar, porque, ni aun
los siglos venideros podrán borrar la mancha que lleva la nación que semejantes
hechos cometiera, ni olvidarán los hombres venideros el nombre de los hombres
monstruos que en el siglo XX imitaron á los infames Torquemadas.
Ante tales procederes del Gobierno central,
teniendo en cuenta la válvula que significa el Gobierno de España, para
aquellas provincias, dignas de mejor suerte, ¿cuál fué su metamorfosis? La
separación ó la autonomía!
Era de esperar. Una nación que se estaciona y
lleva por lema en el siglo XX retener á sus pueblos con dos siglos de retraso,
éstos decepcionados maldicen á sus directores y buscan la separación; es decir;
el sálvese el que pueda de la inminente catástrofe.
He ahí el por qué, con beneplácito nuestro,
Cataluña, autonómica ó separatista, tiene nuestras simpatías. Sus hijos son
dignos hermanos nuestros.
¿Qué pasó en Canarias? Como ya hemos dicho,
olvidándonos de nuestro deber seguíamos, cual mulo, pisando los talones de su
arriero, olvidados de las heridas de la espuela y del látigo del domador.
Pero el Progreso, como ley infalible trajo
hombres, nativos canarios, de extrañas regiones con ideales de la época. Estos
hombres hablaron, estos hombres escribieron, estos hombres dieron á conocer á
este pueblo virgen los ideales redentores,
y el pueblo agitado, como si hubiera tenido en sus manos un tubo de
máquina eléctrica, nerviosamente gritó, unióse como un solo hombre y de una
rápida mirada contempló su letargo, admiró su despertar, vio su porvenir y
dispúsose á cumplir con su deber.
Los hombres que despertaron á este pueblo,
fueron y serán condenados; más ¿qué importa? El pueblo vivirá y eso nos basta.
Los exabruptos de una nación decrépita han
dando el alerta á los hombres que pertenecen á una raza no gastada.
Las causas que han hecho al pueblo de Cataluña
autonomista, son las mismas que harán á este nuestro pueblo cumplir con un
sacro deber que habíamos olvidado.
Si los héroes guanches que
reposan en el seno de nuestra madre común les fuera dable conocernos y apreciar
nuestra actitud aunque tardía, se levantarían de sus tumbas para besarnos en la
frente.
Cúmplase
la ley inviolable del Progreso. Quinientos años ha, un héroe gritó:
¡Vacaguaré!, y a los quinientos años surge un periódico con el mismo grito.
¡Loor a los héroes!
¡Loor
a los mártires!”
* Articulo publicado el 23 de noviembre de 1901, en el periodico "EL OBRERO".
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